"De caminos, puente y atajos..."
Edith Litwin en el artículo “De caminos, puentes y atajos: el lugar de la tecnología en la enseñanza”, realiza un análisis acerca del camino del conocimiento y su relación con la instalación de tecnologías, considerando el rol que cumple el maestro en el momento de incorporarlas. He realizado un recorrido de dicho trabajo, buscando autores que opinen acerca de las situaciones planteadas y también realizando aportes personales referidos al tema.
Si bien las distintas teorías psicológicas pusieron énfasis en la comprensión de los estudiantes, muchas veces la utilización de las tecnologías, sostiene la autora, está ligada a concepciones conductistas, donde se las asocia mas a herramientas que controlan o disciplinan que a una herramienta para la buena enseñanza. Particularmente, considero que muchos docentes desarrollan sus tareas ligados a propuestas constructivistas, sosteniendo que el conocimiento es un proceso dinámico e interactivo a través del cual la información externa es interpretada por los alumnos y así van construyendo progresivamente modelos explicativos cada vez más complejos y potentes, que podrán ser mejorados o cambiados. Así pues, sostengo que para muchos docentes la meta que los guía al incorporar herramientas es animar a los alumnos a desarrollar sistemas socialmente aceptables a fin de explorar sus ideas y sus diferencias de opinión. Teniendo en cuenta que el camino que se recorre en pos del conocimiento supone crear y estimular a nuestros alumnos, propuestas de tipo conductista no hacen más que situar a los docentes al borde de cualquier propuesta. Por lo tanto es necesario observar los modelos que adoptan los docentes para que los alumnos aprendan, para poder analizar los logros obtenidos al incorporar tecnologías.
Litwin hace referencia a “que es una preocupación de los docentes los residuos cognitivos que quedan en los estudiantes al operar con tecnologías”[i], esto me hace pensar que es necesario dotar a los docentes de un repertorio de tareas apropiadas, de las que pueda elegir las más adecuadas y estimulantes según el momento, que sean capaces de encontrar tecnologías que les sirvan de apoyos o ayudas, ya que al no saber, muchas veces se opta por aquello que demanda el menor tiempo, el menor costo y menor esfuerzo en el camino del conocimiento, y es así como se recurre a materiales para la enseñanza que en muchas circunstancias no fueron hechos para ese fin, otras veces se recurre a la reutilización de producciones anteriores.
La incorporación positiva de las TICs en la enseñanza exige que los profesores se sientan competentes en ellas y no tengan miedo de enfrentarse al efecto que su presencia pueda provocar en las relaciones con sus alumnos y en las de éstos con los contenidos del aprendizaje. El temor de los profesores a un escenario en el que no controlan la dinámica que se produce puede provocar una actitud contraria a su utilización.
Sin duda, la incorporación de tecnologías demanda de distintos tiempos: de preparación, de enseñanza y de comprensión, esto lleva a que los docentes evalúen si dicha incorporación no les hace perder la direccionalidad de los procesos a enseñar, aquí es importante recordar la afirmación que realiza la Teoría Uno, al sostener que es “ una oportunidad razonable y una motivación para aprender"
Litwin sostiene que aunque se incorporen tecnologías siempre se debe tener en cuenta que “los contenidos deberán ser desafiantes, vinculados con la vida e intereses de los jóvenes, tratados en situaciones lúdicas en los casos que sea posible, y respetuoso de los tiempos que necesita el aprender”. (Litwin, 2005). Los docentes se preguntan si las profundizaciones que pueden posibilitar las tecnologías, no los alejan del camino propuesto. En este punto creo que es importante vincular lo analizado con lo expuesto por Gros Salvat, cuando dice que “No debe partirse de la premisa de que el último producto es el mejor. Quizá sí lo sea, desde el punto de vista técnico, pero es posible que no necesitemos un producto tan completo para el uso que queremos darle. Por consiguiente, la selección debe estar también condicionada por nuestras necesidades”[ii].
“La educación no es un fin en si mismo sino la manera con la que podemos conquistar un mundo mejor”(Litwin, 2005) esto me permite decir que las nuevas tecnologías nos ofrecen la posibilidad de ayudarnos entre todos, promueven el reconocimiento desde distintas ópticas, y nos permiten observar las dificultades o las soluciones a que otros arriban, son ellas las que favorecen los encuentros, posibilitando resoluciones distintas. La propuesta apunta a integrar en la vida educativa los medios que los alumnos manejan por cuenta propia e integrarlos en el currículo, lograr que los estudiantes tengan compañeros de otros lugares, con quienes puedan compartir experiencias y con quienes logren aprender, reconociendo a la tecnología como proveedora de humanidad. La escuela es uno de los lugares privilegiados para que los alumnos construyan su personalidad. El conocimiento y el respeto de los otros, la seguridad y confianza en sí mismos, la amistad con los iguales y el progresivo desarrollo de actitudes de tolerancia, igualdad y solidaridad son objetivos que no pueden ser olvidados ni marginados. “Educar a un ser humano consiste en proporcionarle los medios para estructurar sus propias experiencias de modo que contribuyan a ampliar lo que la persona sabe, tiene razones para creer (o dudar), y comprende, así como también las capacidades de esa persona para la acción autónoma y auténtica y para percibir el lugar que ocupa en la historia. No consiste en proporcionar el conocimiento, las creencias razonables, etcétera, sino más bien en proporcionar los medios para lograr el acceso al conocimiento, la comprensión, etc., y para continuar aumentándolos”[iii].
A modo de conclusión puedo decir que el camino al conocimiento utilizando tecnologías es posible de realizar, pero debe existir un proyecto pedagógico que considere las posibilidades encaminando el trabajo a abrir la mente teniendo en cuenta que “La gente aprende más cuando tiene una oportunidad razonable y una motivación para hacerlo.”[iv]
[i] LITWIN, E. (2005) De caminos, puentes y atajos: el lugar de la tecnología en la enseñanza. Educación y Nuevas Tecnologías. II Congreso Iberoamericano de Educared. Disponible en URL: http://www.educared.org.ar/congreso/edith_disertacion.asp Fecha de consulta: 20-07-2005.
[ii] GROS SALVAT, B (2000): El ordenador invisible. Barcelona: Gedisa. Cap. III y VIII.
[iii] FENSTERMACHER, G.(1989), “Tres aspectos de la filosofía de la investigación sobre la enseñanza”, en: Wittrock, M., La investigación en la enseñanza I, Paidós-M.E.C, Madrid-Barcelona. Un concepto de enseñanza (pag. 1 a 8) G.op. cit
[iv] PERKINS, D. (1995), “Cap. 3: La enseñanza y el aprendizaje: la teoría uno y más allá de la teoría uno”, en: Perkins, D., La escuela inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente, Gedisa, Barcelona.
Edith Litwin en el artículo “De caminos, puentes y atajos: el lugar de la tecnología en la enseñanza”, realiza un análisis acerca del camino del conocimiento y su relación con la instalación de tecnologías, considerando el rol que cumple el maestro en el momento de incorporarlas. He realizado un recorrido de dicho trabajo, buscando autores que opinen acerca de las situaciones planteadas y también realizando aportes personales referidos al tema.
Si bien las distintas teorías psicológicas pusieron énfasis en la comprensión de los estudiantes, muchas veces la utilización de las tecnologías, sostiene la autora, está ligada a concepciones conductistas, donde se las asocia mas a herramientas que controlan o disciplinan que a una herramienta para la buena enseñanza. Particularmente, considero que muchos docentes desarrollan sus tareas ligados a propuestas constructivistas, sosteniendo que el conocimiento es un proceso dinámico e interactivo a través del cual la información externa es interpretada por los alumnos y así van construyendo progresivamente modelos explicativos cada vez más complejos y potentes, que podrán ser mejorados o cambiados. Así pues, sostengo que para muchos docentes la meta que los guía al incorporar herramientas es animar a los alumnos a desarrollar sistemas socialmente aceptables a fin de explorar sus ideas y sus diferencias de opinión. Teniendo en cuenta que el camino que se recorre en pos del conocimiento supone crear y estimular a nuestros alumnos, propuestas de tipo conductista no hacen más que situar a los docentes al borde de cualquier propuesta. Por lo tanto es necesario observar los modelos que adoptan los docentes para que los alumnos aprendan, para poder analizar los logros obtenidos al incorporar tecnologías.
Litwin hace referencia a “que es una preocupación de los docentes los residuos cognitivos que quedan en los estudiantes al operar con tecnologías”[i], esto me hace pensar que es necesario dotar a los docentes de un repertorio de tareas apropiadas, de las que pueda elegir las más adecuadas y estimulantes según el momento, que sean capaces de encontrar tecnologías que les sirvan de apoyos o ayudas, ya que al no saber, muchas veces se opta por aquello que demanda el menor tiempo, el menor costo y menor esfuerzo en el camino del conocimiento, y es así como se recurre a materiales para la enseñanza que en muchas circunstancias no fueron hechos para ese fin, otras veces se recurre a la reutilización de producciones anteriores.
La incorporación positiva de las TICs en la enseñanza exige que los profesores se sientan competentes en ellas y no tengan miedo de enfrentarse al efecto que su presencia pueda provocar en las relaciones con sus alumnos y en las de éstos con los contenidos del aprendizaje. El temor de los profesores a un escenario en el que no controlan la dinámica que se produce puede provocar una actitud contraria a su utilización.
Sin duda, la incorporación de tecnologías demanda de distintos tiempos: de preparación, de enseñanza y de comprensión, esto lleva a que los docentes evalúen si dicha incorporación no les hace perder la direccionalidad de los procesos a enseñar, aquí es importante recordar la afirmación que realiza la Teoría Uno, al sostener que es “ una oportunidad razonable y una motivación para aprender"
Litwin sostiene que aunque se incorporen tecnologías siempre se debe tener en cuenta que “los contenidos deberán ser desafiantes, vinculados con la vida e intereses de los jóvenes, tratados en situaciones lúdicas en los casos que sea posible, y respetuoso de los tiempos que necesita el aprender”. (Litwin, 2005). Los docentes se preguntan si las profundizaciones que pueden posibilitar las tecnologías, no los alejan del camino propuesto. En este punto creo que es importante vincular lo analizado con lo expuesto por Gros Salvat, cuando dice que “No debe partirse de la premisa de que el último producto es el mejor. Quizá sí lo sea, desde el punto de vista técnico, pero es posible que no necesitemos un producto tan completo para el uso que queremos darle. Por consiguiente, la selección debe estar también condicionada por nuestras necesidades”[ii].
“La educación no es un fin en si mismo sino la manera con la que podemos conquistar un mundo mejor”(Litwin, 2005) esto me permite decir que las nuevas tecnologías nos ofrecen la posibilidad de ayudarnos entre todos, promueven el reconocimiento desde distintas ópticas, y nos permiten observar las dificultades o las soluciones a que otros arriban, son ellas las que favorecen los encuentros, posibilitando resoluciones distintas. La propuesta apunta a integrar en la vida educativa los medios que los alumnos manejan por cuenta propia e integrarlos en el currículo, lograr que los estudiantes tengan compañeros de otros lugares, con quienes puedan compartir experiencias y con quienes logren aprender, reconociendo a la tecnología como proveedora de humanidad. La escuela es uno de los lugares privilegiados para que los alumnos construyan su personalidad. El conocimiento y el respeto de los otros, la seguridad y confianza en sí mismos, la amistad con los iguales y el progresivo desarrollo de actitudes de tolerancia, igualdad y solidaridad son objetivos que no pueden ser olvidados ni marginados. “Educar a un ser humano consiste en proporcionarle los medios para estructurar sus propias experiencias de modo que contribuyan a ampliar lo que la persona sabe, tiene razones para creer (o dudar), y comprende, así como también las capacidades de esa persona para la acción autónoma y auténtica y para percibir el lugar que ocupa en la historia. No consiste en proporcionar el conocimiento, las creencias razonables, etcétera, sino más bien en proporcionar los medios para lograr el acceso al conocimiento, la comprensión, etc., y para continuar aumentándolos”[iii].
A modo de conclusión puedo decir que el camino al conocimiento utilizando tecnologías es posible de realizar, pero debe existir un proyecto pedagógico que considere las posibilidades encaminando el trabajo a abrir la mente teniendo en cuenta que “La gente aprende más cuando tiene una oportunidad razonable y una motivación para hacerlo.”[iv]
[i] LITWIN, E. (2005) De caminos, puentes y atajos: el lugar de la tecnología en la enseñanza. Educación y Nuevas Tecnologías. II Congreso Iberoamericano de Educared. Disponible en URL: http://www.educared.org.ar/congreso/edith_disertacion.asp Fecha de consulta: 20-07-2005.
[ii] GROS SALVAT, B (2000): El ordenador invisible. Barcelona: Gedisa. Cap. III y VIII.
[iii] FENSTERMACHER, G.(1989), “Tres aspectos de la filosofía de la investigación sobre la enseñanza”, en: Wittrock, M., La investigación en la enseñanza I, Paidós-M.E.C, Madrid-Barcelona. Un concepto de enseñanza (pag. 1 a 8) G.op. cit
[iv] PERKINS, D. (1995), “Cap. 3: La enseñanza y el aprendizaje: la teoría uno y más allá de la teoría uno”, en: Perkins, D., La escuela inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente, Gedisa, Barcelona.
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